Muchas son las causas que pueden hacernos dejar por el camino algunas de nuestras tradiciones.
Una de ellas es la evolución, pues con el progreso, los espacios de tiempo y los sistemas actuales de vida, pueden desvanecerse con el paso de los años.
Otras pueden ser las tecnologías que pueden dejarlas apartadas, cómo material usado y obsoleto.
Pero también existen por otro lado, una especie de tiranos emocionales, luchando desde antiguo por destruir cualquier lazo, que puede mantener a los hombres unidos, con la creencia de que de esta forma; podrán manejar a algunos de sus semejantes a su propio albedrío.
Ante todo esto, muchos nos revelamos en una especie de empeño por mantener a toda costa nuestras costumbres (siempre intentando conjugarlas a la par con los tiempos), con la completa convicción de que esta falta de creencias, puede llegar a causar un dolor más profundo, que el puramente físico y que se basa en la soledad espiritual y que este desarraigo de conciencia, con el paso del tiempo puede llegar a hacer extraviar, el sentido temporal de la propia existencia, el valor real de las cosas y en definitiva la difusión de la vida.
Por tanto todos debemos unirnos y batallar en frente común, para no perder nuestra memoria histórica y también, para mantener a salvo nuestras tradiciones, ya que ellas son un deposito de sabiduría almacenada, que nos conecta a nuestra historia e invariablemente a nuestra vida…
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