Posted by on Feb 13, 2014 in Sensaciones | 0 comments

Actualmente han proliferado los sitios minimalistas con gran variedad de innovadoras y creativas exquisiteces.

Lugares donde te presentan enormes platos con apetitosos condimentos en miniatura, que aunque sumamente sabrosos, a menudo uno tiene la sensación de que en realidad, no sabe lo que está comiendo; ya que parecen más productos de tecnología y propios de laboratorio, que originales de huerta.

Aunque sus creadores demuestren ser grandes artistas y sus resultados sean espectaculares y a menudo sorprendentes para nuestro paladar, no debemos dejar atrás nuestros rincones tradicionales, ni la práctica de nuestra típica cocina.

También nos han llegado de otros lejanos lugares recetas de platos rápidos y comida semi-prefabricada que por su facilidad de elaboración, precio y sabor, hemos adoptado e incluido rápidamente en nuestras dietas.

A pesar de todas estas innovaciones creo que es importante que (al menos de puertas adentro), mantengamos viva la cocina más tradicional y no olvidemos ni dejemos aparcadas la práctica de nuestras recetas más populares (a pesar de la posible dificultad a menudo originada por la falta de tiempo) y que nos esforcemos, en poner a salvo nuestras ancestrales formulas, pasándolas a otras generaciones, a fin de que no extinguen y sobretodo que no se pierdan en el Alzeimer de los tiempos…